Atendiendo a las cifras, parece indudable que apostar por implementar las medidas necesarias para obtener la certificación ambiental ISO 14001 es altamente beneficioso para las empresas.

De hecho, cuando se publicó la nueva normativa revisada, 300.000 organizaciones de 171 países ya habían logrado dicho reconocimiento. No obstante, todas ellas habrán de trabajar para, en el plazo de tres años, adaptar sus procesos a los requisitos de la ISO 14001:2015, que es más exigente.

Las principales ventajas de obtener y mantener dicha certificación tienen que ver con un mejor aprovechamiento de los recursos, lo que deriva en una reducción del impacto ambiental de la actividad empresarial y ajusta al máximo el consumo. Y esto supone un ahorro para la organización y también para el entorno en el que esta se emplace.

Aplicar planes de reducción de emisiones, vertidos y residuos, por ejemplo, permite minimizar los riesgos de contaminación y los costes del traslado y procesado de dichos desechos, algo que, a su vez, propiciará reducir la polución y mejorará la calidad de vida en el contorno. Pero, a este ahorro, la entidad habrá de sumar también el derivado de poder acortar el espacio destinado al almacenamiento previo a la recogida de residuos. La firma podrá redistribuir y, de este modo, maximizar el espacio dedicado a su actividad productiva, lo que supone una mayor eficiencia sin que esto implique un coste sustancialmente superior.

Una correcta gestión ambiental se encamina también hacia el aprovechamiento de las mejores soluciones energéticas, algo que favorecerá la sostenibilidad de la empresa y reducirá al máximo los gastos en energía eléctrica, agua, combustibles e incluso en materias primas. Y esto, de nuevo, repercutirá positivamente tanto sobre la empresa como sobre su entorno, lo que mejorará su imagen y le permitirá obtener descuentos en determinados seguros. 

Otra ventaja fundamental es la derivada de trabajar por una correcta prevención de riesgos medioambientales, algo que evitará a la organización el tener que hacer frente a posibles multas derivadas de una gestión inadecuada o insuficiente. Además, estas acciones le ayudarán a detectar potenciales áreas de mejora, a partir de las que la organización podrá adelantarse a posibles nuevos requerimientos normativos.

Adoptar estos compromisos no solo propiciará captar clientes sensibles a la protección ambiental, sino que también permitirá a la empresa obtener méritos en concursos públicos, para alguno de los cuales se exige contar con la certificación ISO 14001. A mayores, la empresa podrá ampliar su ámbito de actuación y competir en un mercado global, ya que disponer de esta certificación elimina limitaciones en mercados foráneos, al tratarse de un referente internacional.

Por tanto, podemos resumir los principales beneficios que experimentará la entidad en ventajas:

  • DE IMAGEN, pues estar certificado aporta valor añadido ante los clientes, al mejorar la imagen corporativa y el atractivo de la empresa para sus empleados y para los residentes en la zona en la que se emplaza
  • DE MARKETING, pues refuerza las estrategias de diferenciación de los productos, permite la obtención de etiquetas ecológicas, abre nuevos mercados,...
  • FINANCIERAS, pues aumenta la confianza de legisladores, inversores y aseguradores, y da acceso a la obtención de incentivos económicos
  • LEGALES, pues ofrece una mejora en el cumplimiento de los requisitos ambientales legales y, de este modo, evita a la organización certificada demandas, multas, costes legales y gastos derivados de una posible responsabilidad civil
  • MEDIO AMBIENTALES, pues reduce los riesgos y permite a la empresa prepararse para evitarlos, ayuda a prevenir la contaminación y a reducir los desechos de forma rentable, y permite concienciar a todos los trabajadores en la importancia de cuidar el medio ambiente